Este menudo, simpático y malogrado diestro fue una excepción en la torería de su época. Entonces todos los toreros de Córdoba tenían que haber nacido, casi por obligación, en el barrio. El barrio por antonomasia era el Campo de la Merced. Sin embargo, Fermín Muñoz González fue un torero nacido en El Viso el 11 de octubre de 1883.
Pasó el calvario natural de todo aspirante a torrero, hasta que, cuando contaba dieciséis años, estoqueó su primer becerro en Almodóvar del Río. Su primer traje de luces lo vistió en Córdoba el 2 de junio de 1901, en calidad de banderillero; como novillero lo hizo en la citada plaza el 15 de agosto del mismo año, alternando con Manolete y Cerrajillas en la lidia de astados del marqués de Tamarón. Afortunada actuación la suya – cortó dos orejas, cosa, entonces, no corriente-, que le valió un contrato para Écija (Sevilla), en la feria de septiembre, en que actuó con Rafael Gómez Gallito, que se despedía como novillero, y con reses de Antonio Halcón.
Continuó Corchaíto su afanoso camino hacia la consagración como torero. Y en la temporada de 1903 logró presentarse en Madrid, el 5 de abril, para lidiar novillos de Víctor Biencinto, alternando con Cocherito de Bilbao y Mazzantinito. Dio la nota de valor y arrojo en aquella ocasión, y tal fue su triunfo, que le sacaron a hombros de la plaza de la carretera de Aragón, honor que no se prodigaba entonces. Aquel triunfo puede decirse que le abrió las puertas de muchas plazas, llegando a firmar 42 contratos en buenas condiciones económicas, no sólo en cosos españoles sino también en los del mediodía francés. Madrid era una de las plazas en que Corchaíto logró más cartel, pues era un torero muy voluntarioso y un matador seguro, pese a su baja estatura.
Entre las actuaciones de aquel año hay que destacar su presentación en Sevilla, el 21 de junio, con Reverte y Bienvenida y novillos de Otaola. De su actuación en aquella fecha baste decir que fue contratado para otras dos, el 9 de julio y el 25 de octubre, lidiando en la primera reses de Miura con Bienvenida y, en la segunda, con el citado diestro y Antonio Pazos, lidiando novillos de Benjumea y Villamaría.
Cuatro años permaneció Corchaíto en el escalafón de novilleros. Sufrió varios percances serios, el primero de ellos el 19 de agosto de 1903, en Sanlúcar de Barrameda, en que un novillo del marqués de Villamaría le infirió una cornada grave en el muslo derecho. Otra cornada en el pecho se la causó en Valencia un toro de Biencinto, el 19 de junio de 1904. Fue, en fin, Fermín Muñoz un diestro muy castigado por los toros, tanto de novillero como de espada de alternativa. Recordemos este balance: en diez años de torero, diez cogidas graves y otras varias de menor importancia. Entre ellas destaca el percance sufrido en Cartagena (Murcia) el 5 de junio de 1910, en que un toro de Romualdo Jiménez le causó la fractura completa de tibia y peroné. A aquella plaza había de ir Corchaíto a morir, cuatro años después.
Se doctoró el 8 de septiembre de 1907, en Madrid. Vicente Pastor le cedió el toro Mediabanda, de Murube, con Rafael El Gallo en el cartel. Aquel año, pese a ser finales de temporada, toreó 27 corridas entre España y México.
El trágico epílogo de la vida de Corchaíto se produjo el 9 de agosto de 1914, cuando toreaba en la plaza murciana de Cartagena con Lagartijillo y Celita. Un toro de Félix Gómez, de nombre Distinguido, cogió al diestro al entrar a matar, propinándole dos cornadas, una en la región inguinal y otra en la precordial, que le causaron la muerte de manera casi instantánea.
Al día siguiente, el cadáver del desventurado diestro fue trasladado a Córdoba para recibir sepultura en el Cementerio de San Rafael. Dejó esposa y dos hijos de corta edad.